viernes, 2 de octubre de 2009
EL PITO DEL CENTRAL MATILDE
Lcdo. Sonmer Garrido Díaz
Escenarios:
Caserío El Dividive, Parroquia San Pablo, Municipio Bastidas.
Central Matilde (Fundado en Chivacoa en 1946)
Reordenando algunas cosas, remonté al pasado y en mis vivencias de niño afloraron los recuerdos de aquel ulular constante que parecía venir de lo mas profundo de la tierra, de mas allá de la distancia. Era el pito del Central Matilde, ubicado en Chivacoa, que llamaba o a la entrada o a la salida de turno a los trabajadores, o que servía de reloj a los Chivacoeños. Lo cierto era que también anunciaba a los moradores de El Dividive la venida de un cambio de guardia o, la llegada de una hora obligada con Dios.
Hasta allá llegaba el sonar de aquella sirena que se fue convirtiendo en un compromiso de bendición de la muchachada de mi pueblo. Todos corríamos presurosos al escuchar las primeras señales para que nuestros padres, nuestras abuelas, nuestras madrinas, nuestros mayores nos echaran la bendición, la cual recibíamos con la cristiandad que la pureza de nuestros años nos daba.
Era un Dividive de calle empedrada, una sola que iba y venía. De San Pablo a Tartagal; de Tartagal a San Pablo y en nuestra casita de caña, de zinc roído por el tiempo y de terrón negruzco se fue moldeando nuestra fe y nuestra devoción por la querencia de un ambiente natural, en donde las primeras lluvias, al igual que cualquier vehículo al pasar, levantaban la polvareda que acicalaba nuestras mejillas. Dividive…¿Cómo olvidarte?...Si allí transcurrieron mis sueños; si allí aprendí a jugar a combinar los colores del arco iris que salía de la laguna que adornaba el patio de nuestra casa y se arqueaba hasta el Río Yaracuy vecino de Tartagal. Si… de esa laguna venían en bandada los zancudos, los grillos, sapos, ranas y sapitos con su concierto nocturnal a alegrarnos las noches de plenilunio.
Dividive…¿Cómo olvidarte?. S i en mis primeros años conviví con el muerto aquel que simulaban las hojas de plátano a la luz de la luna. Si tus cocuyos fueron los luceros que se desprendían del cielo para visitarnos y asi alumbrar el umbral. Si muchas veces me atreví a correr tras de ellos en la creencia de encontrar el tesoro escondido que alguien dejó antes de morir.
No puedo más que remontar a mis años de niño y encontrarme con aquellas vivencias que compartí con mi abuela, esa que me llenó de hermosas ternuras y cuya riqueza de cariño, ni después de muerta dejó de brindarme. Y es que su cobijo sigue allí presente, en cada sentir del alma fallida, en cada dolor cuando el espíritu parece doblegarse. Tengo la suerte de refugiarme en ella al evocarla cuando los sentimientos afloran. Por eso sigo soñando que no ha partido, que ahora es cuando mas cerca está de mí y que su regazo sigue siendo mi cobijo en los momentos en que mis emociones pesan más que mi cordura. No puedo olvidarte ni en el tiempo ni en la distancia y menos cuando alguna vivencia me remonta al pasado.
Por eso, cuando oigo ese sonar que se quedó en mí y que después descubrí que venía de Chivacoa atravesando los maizales y cañamelares para anunciarnos el deber de correr a pedir la bendición; sigo soñando con mis sueños de niño y vuelvo a jugar con los primeros aguaceros que anuncian que se está presto a la siembra; siento entonces que no se labró en vano.
Siento que entre El Dividive y Chivacoa hay un cielo azul de brillo tenue en la llegada del alba; que resplandece en cada mediodía y que sus matices adornan el celaje de la tarde que se va. Siento que se quedaron en mí como el cantar de aquel “ariguelo” cuyo lamento comprendí la vez aquella que cazaba pájaros cuando me perdí en aquella frondosa vegetación. Siento que se selló el compromiso de luchar sin descanso hasta alcanzar los sueños forjados. Siento que en cada ulular que de mi imaginación figure buscaré la bendición que nunca me será negada.
MUNICIPIO ARÍSTIDES BASTIDAS. Este municipio de 74 Km2 cuya capital es San Pablo, limita al norte con el municipio Bolívar, al este con el municipio Sucre y al oeste con el municipio Bruzual.
La economía del municipio, se divide en varios renglones significativos, entre los que se destaca la fabricación y comercialización de muebles, ya que en todo el municipio existen grandes aserraderos, constituyendo ésta actividad, altas demandas a escala nacional.
Otro rango de la economía que presenta el municipio, es la actividad agrícola, ya que en su parte más alta, se localizan sembradíos de café y en su parte baja, sembradíos de maíz y sorgo.
En cuanto a su historia, se tiene que sus tierras estuvieron habitadas por indios de las tribus Caquetíos, Chiparacotos, Guamonteyos, entre otros, de las etnias Arawacos y Caribes.
El pueblo de San Pablo, nace con el nombre de “El Aserradero”, a finales del siglo XVII, debido al predominio de la actividad de aserraderos para esa época; dicho nombre se lo dieron los mismos pobladores del lugar, para luego cambiarlo por el de San Pablo, quizás por la devoción de los pobladores hacia el santo. El Municipio debe su nombre al ilustre Arístides Bastidas,
Municipio Arístides Bastidas - Censo año 2001
Población
16.839 Habitantes
Tasa anual de crecimiento
2.3%
Total de viviendas
4.315
Arístides Bastidas
San Pablo (Estado Yaracuy) 12/03/1924 - Caracas, 23/09/1992
Periodista, educador y divulgador de la ciencia. Hijo de Nemesio Bastidas y Castorila Gámez. Se trasladó a Caracas con su familia en 1936, radicándose en una modesta barriada de la zona sur de la capital. Estudió primer año de bachillerato en el liceo Fermín Toro, estudios que no culminó pues el apremio económico familiar le obligó a desempeñar diversos oficios hasta 1945, cuando se inicia en el periodismo impreso. Como sindicalista y gremialista formó parte de la resistencia contra el régimen de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958). De formación autodidacta fue pionero del periodismo científico moderno en lo informativo, interpretativo y de opinión, en el género impreso y radiofónico.
Luego de 10 años de ejercicio reporteril en el diario caraqueño El Nacional creó su columna «Ciencia amena» en 1971. En ese mismo periódico dirigió la página científica dominical desde octubre de 1968 hasta octubre de 1981. Bastidas fundó el Círculo de Periodismo Científico de Venezuela, el 21 de abril de 1974, para albergar en su seno a periodistas y divulgadores de la ciencia y la tecnología. Copatrocinó el establecimiento de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico de la cual fue presidente. Fundó en El Nacional la cátedra libre de periodismo científico en la cual se formaron generaciones de relev. Bajo su guía y con el concurso de Manuel Calvo Hernando, su homólogo español, organizó el I Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico, celebrado en Caracas en 1974. Por sus méritos como educador fue designado profesor honorario de la Universidad Central de Venezuela en junio de 1975 y de la Universidad Simón Rodríguez en enero de 1979.
Escritor de amenos relatos científicos y tecnológicos produjo más de 20 libros, entre ellos: Los órganos del cuerpo humano (1981), Hombres de la salud y de la ciencia (1982), El átomo y sus intimidades (1983), La tierra, morada de la vida y el hombre (1990).
Por su contribución al desarrollo del periodismo científico recibió el reconocimiento de los gobiernos de Venezuela y de España, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la cual le otorgó el Premio Kalinga (París, 1982). La Universidad Católica Andrés Bello inauguró en 1991 la cátedra de periodismo científico que lleva su nombre. Hoy en día su pueblo natal es capital del Municipio Arístides Bastidas, en honor a tan digno hombre.
Breve resumen del pensamiento de Arístides Bastidas:
"Si me fuera dable un deseo, expresaría el trabajar hasta el último minuto de mi vida".
"Nuestra democracia se ha convertido en una manera de disfrutar de muchos derechos y no cumplir con ningún deber".
"El oficio de nosotros, los periodistas, no es el de oscurecer las aguas para que parezcan profundas, usando un lenguaje ininteligible; es todo lo contrario, llevar claridad a donde existe confusión y llamar las cosas por el nombre con el que la conoce el pueblo".
"Hay que extinguir esa absurda noción por la cual un bojote de billetes valen mas que un hombre".
"La ciencia y la tecnología tienen la misma procedencia que la poesía y el arte".
*Fuente y agradecimientos: Eladio Mújica
CENTRAL MATILDE
Poco después se concretó la fundación del Central Matilde (Chivacoa) en 1946, que fue el resultado de las inversiones realizadas por Jesús Azqueta, de origen cubano, y del apoyo crediticio otorgado por la CVF. La factoría fue instalada al sur de Chivacoa (Estado Yaracuy) en una hacienda de 7.000 hectáreas denominada "Los Calderones", que fue adquirida por el monto de Bs. 830.000 (López, 1993: 485). A la gran propiedad mencionada, se anexaron otras tierras en la zona de San Felipe y en el valle del Río Yaracuy2. El Central Matilde llegó a transformarse en un importante complejo agroindustrial, gracias a la calidad de las tierras y condiciones climatológicas, como también por encontrarse cerca de la encrucijada que forman las vías de comunicación terrestre entre Barquisimeto, San Felipe y Valencia.
Ante la escasa capacidad de producción de las factorías existentes, tomando en cuenta que el Central Matilde recién estaba comenzando sus operaciones, la situación deficitaria se agravó, especialmente en 1948, cuando la producción disminuyó a 26.552 toneladas y el consumo se elevó a 86.238 toneladas. Posteriormente, la incorporación del Central Matilde y la modernización tecnológica del Central Venezuela posibilitaron un incremento de la producción relativamente significativo: 41.033 toneladas en 1949, aunque este volumen estaba aún muy lejos de abastecer el consumo nacional. En aquellos años el desabastecimiento de azúcar condujo a muchas industrias al borde de la paralización por carecer de este insumo fundamental para su producción.
A pesar de que generalmente se considera que la acción a favor del fomento azucarero fue iniciada recién con el régimen perezjimenista, es necesario tomar en cuenta las importantes iniciativas adoptadas en los años de la posguerra. Precisamente, en 1946 fue creado el Departamento de Industria Azucarera con el fin de adoptar las medidas necesarias para el crecimiento de la producción nacional. Con tal fin, se planteó que la CVF se encargaría del establecimiento de tres nuevos centrales en El Turbio, El Tocuyo y Cumanacoa (CVF, 1946: 16).
Los preparativos para la instalación de los tres centrales mencionados se iniciaron en 1946, a cuyo efecto se emplearon técnicos con vasta experiencia en esta actividad. Al año siguiente se iniciaron los primeros levantamientos de los planos topográficos en El Turbio, El Rodeo, El Tocuyo y Cumanacoa. Paralelamente, se emprendió la transformación y modernización del Central Tacarigua (CVF, 1947: 159-160). En este contexto, se intensificaron los esfuerzos para reunir el capital del Central Río Turbio. Para el 13 de febrero de 1947 ya estaban suscritas 1.770 acciones de la empresa por un valor de 1.700.000 bolívares.
24. López, María Victoria (1993). Capital y propiedad territorial en la región centro occidental de Venezuela. Caracas, Tesis Doctoral Universidad Santa María.
15. Corporación Venezolana de Fomento (CVF) (1946-1960). Memorias. Caracas.
Fuente:
BANKO, Catalina. Proceso de modernización, auge y estancamiento de la agroindustria azucarera en Venezuela. TF, sep. 2005, vol.23, no.91, p.341-360. ISSN 0798-2968.
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