Aquel domingo ya lejano, un señor de color blanco nos esperaba en la puerta de la emisora. Ya habíamos terminado el programa “Estampas del Yaracuy” que hacíamos consuetudinariamente de 9 a 10 de la mañana por Radio Chivacoa y que luego se llamaría Alegría. Se nos presentó a Humberto Monserrat y a mí y se nos puso a la orden. Francisco Almarza Cordova. Venía de Radio Horizonte en Nirgua y quería conocernos y felicitarnos por lo bien que hacíamos el programa. Iba a vivir en Chivacoa y quería saber de la radio. Así conocimos a este locutor metido a periodista ya que editaba una revista en Nirgua y quería a su vez difundirla por todo el Yaracuy.
Luego me entero, porque me lo dijo Humberto y después lo vi como actor en la película “Juan Topocho” de Rafael Zárraga y que se grabara en escenarios de Boraure y Caracas contando con actores como Virgilio Galindo y Amalia Pérez Díaz entre otros. Almarza como me acostumbré a llamarlo con el tiempo, tuvo una participación cuando como reportero entrevista creo que a un comisario de la policía para pedirle detalles sobre lo ocurrido a la casa de Juan Topocho (Virgilio Galindo) esa noche en que murió en el incendio; pero que apareció en un autobús en viaje hacia la capital de la república.
Almarza había sido actor de teatro en Nirgua y de esa experiencia de vida dejó su imagen en dicha película.
Trabajó por mucho tiempo en Radio Chivacoa y Alegría y un día lo oigo como narrador de noticias en Radio Tricolor. En otra ocasión coincidimos en el Terminal de pasajeros de Barquisimeto en el momento en que hacía un trabajo de calle para Radio Tricolor y me aborda junto con Adolfo Martínez Alcalá, quien había llegado de Caracas para hacerle un especial a la emisora: El Candidatómetro Tricolor, con la pregunta consabida. Si las elecciones fueran hoy. ¿Por quién votaría usted?, es el requerimiento que me hace Don Adolfo, emblema legendario de la radio y de la televisión y quien ya conocía como trabajador del medio por ser un destacado profesional de la locución en Caracas. Don Adolfo trabajó en las emisoras Radio Difusora de Venezuela, Radio Capital, Radio Continente, Radio Caracas, corresponsal de the voice of América”, productor del programa Esta tierra mía. Se nos fue en el 2006 a la edad de 84 años. Votaría por Luis Herrera, le respondí. Era un sondeo político para conocer lo aventajado que pudieran estar las candidaturas de Luis Herrera y de Piñerúa Ordáz.
Ese mismo día, a Francisco y a Don Adolfo le manifesté que me había hecho locutor profesional. Recién había presentado el examen y sólo esperaba que me enviaran el certificado. Me dijo que en Radio Tricolor estaban necesitando un locutor y que me presentara por allá el día lunes ya que yo encajaba perfectamente en el estilo de la emisora.
Sin certificado me presenté a Radio Tricolor y me hicieron la prueba con el mismo Almarza. Narré a mediodía un noticiero, (ya venía del noticiero de Radio Chivacoa). Me cuenta Almarza que Don Adolfo Martínez Alcalá y Bernardo Pirela Cardozo le dijeron: Este es el locutor que estábamos necesitando. Ese mismo lunes a las 5 de la tarde narré primero con Francisco Almarza Cordova, quien me dio la bienvenida y la segunda media hora con Manuel Marcial Amaro Piña. Por el parecido de la voz con Amaro me confundieron y desde entonces pasé a formar parte del equipo de la Vargas. La madrugada del primero de Mayo debuté en Radio Tricolor. La primera canción que anuncié luego de presentarme fue Amaneciendo con Adolfo Echeverría. El operador de sonido era José Manuel Domínguez, el maracucho pendejo. Por allá llegó Luis Mendoza quien fue a conocerme y porque a las 5 de la madrugada recibía él su guardia. Esa noche sonaron mucho los Bee Gee que ya se estaban metiendo con su álbum Fiebre del Sábado por la Noche. En la semana y sin tener todavía el certificado en las manos, Pirela me pagó 500 bolívares anticipados, por la animación de la fiesta de los trabajadores de la Radio, debido al primero de mayo y así celebrar el haber logrado por primera vez el primer lugar de sintonía. La fiesta fue con Oscar D´León en el Club del Telefonista. En lo personal debuté, humildemente, a lo grande y con los grandes. Duré poco tiempo en la madrugada porque les interesaba mi voz en los noticieros.
Gracias a Almarza entré a Radio Tricolor. Almarza viajaba prácticamente todos los días, de Chivacoa a Barquisimeto, en aquel chevrolet rojo y viejo, que para muchos era su emblema. Hacía radio en Chivacoa y en Tricolor. Así se fue fortaleciendo mi amistad con este muchachote de Nirgua a quien quise tanto.
Muchas son las cosas por contar. Muchas son las vivencias. Algunas quedaran en la memoria, otras las reviviremos en nuestras tertulias.
“Cuidado: Perro Bravo”, decía un cartelito a la entrada del estudio de grabación de Radio Tricolor. Almarza dormía plácidamente luego de una jornada en la radio para después viajar a Chivacoa. Cuando terminaba su guardia muy tarde, se quedaba en la emisora. Los muchachos para no incomodarlo colocaban el cartelito.
Almarza era el locutor comercial en un programa dominical que tenía el periodista Ramón Felipe Camacaro y donde se transmitían las carreras de caballo. En un descuido de Ramón, un día le escondió el televisor que Ramón llevaba a la emisora para transmitír las carreras. Aquel juego originó una controversia que tocó la agresividad entre los dos colegas: Uno que reclamaba el televisor y el otro que se negaba a buscarlo “porque él no tenía que ver con ningún televisor”. Ante la pesada broma Ramón optó por buscar a la PTJ para que obligaran a Almarza a confesar sobre el destino del televisor. Se presentaron como a las 7 de la noche Ramón y los dos funcionarios quienes conminaron a Almarza a que dijera qué había hecho con el televisor. Almarza incómodo y asustado porque Ramón lo había acusado ante la PTJ le dice: Mira Ramón tu no aceptas juegos vale, el televisor está aquí y fue hasta el techo raso frente al estudio del locución, se montó en un pipote de basura y bajó el televisor que había escondido. Ahhh, te asustaste Almarza, le replicó Ramón. Ellos no son PTJ son unos amigos que encontré allí en la esquina. Ramón Felipe Camacaro murió hace algunos años.
Hay muchos cuentos de Almarza en la radio. Recuerdo que Gaudys un domingo en la noche, me comenta que en la autopista entre Chivacoa y Barquisimeto a la altura de Urachiche y que salen unos espantos que lloran y los conductores se asustan ante tantos alaridos, a la vez que me hace un guiño para que le siguiera la corriente y así asustar a Francisco que a esa hora tomaba carretera rumbo a Chivacoa. Francisco se acobardaba y se quedaba en la radio para evitar ser asustado por los espantos de la autopista. Gaudys gozaba un puyero con la chanza.
Fuimos socios en una tienda que tenía en Chivacoa. Roger Soto y yo le aportamos un dinero y nos hicimos comerciantes por un tiempo en Variedades Dos Mil. En su ida a Cocorote, ya que Zulay, su primera esposa fue trasladada de trabajo. Tiempo después hice la inversión completa y le compré su participación en el negocio, al igual que a las de Roger y me quedé con la tienda de discos.
En un evento realizado en Nirgua, recibo reconocimiento por mi labor en pro de la radiodifusión yaracuyana. Organizador del espectáculo: Francisco Almarza Cordova
Casualidad o coincidencia. Creo que hay un destino marcado. Diez años después, cuando Almarza deja a Radio Tricolor por desavenencias con Henry Cordero Williams quien ya había sido su director en Radio Mil en Morón; éstas continuaron y lo primero que se anunciaba en los pasillos de la emisora, era la salida de Almarza. Este decide renunciar. El último noticiero que hizo Almarza en la radio lo hizo conmigo y me correspondió despedirlo. Aquél que me dio la bienvenida diez años atrás recibe mis palabras de despedida cuando decidió narrar por última vez el Informativo Tricolor. Por cierto algo que reflejaba la conducta de Henry Cordero se puso de manifiesto a su salida de la radio. El único director a quien le celebraron la ida tempestiva.
A Francisco en mi familia lo quisimos mucho y ese aprecio se manifestó en el tiempo. Estuvo pendiente hasta del nacimiento de mis hijos a quienes vio crecer. Fortaleció su revista NIVAR y era asiduo visitante de la emisora y de la casa a donde siempre llegaba con el más reciente ejemplar impreso.
Conocí sobre su enfermedad y lo calamitoso de su proceso. Ya en las postrimerías lo encontré caminando por una calle de San Felipe y le ofrecí la cola. Iba al terminal para tomar un carro que lo llevaría a Chivacoa y luego a Nirgua. Andaba distribuyendo la revista. Me lo traje a Chivacoa. Montarlo en el carro me reflejó la realidad que viviría. Primero subimos una pierna y luego con dificultad la otra. Para cambiar el tema hablamos de los proyectos que podían hacerse con la revista, de lo costoso de su edición, de la atención personalizada que requería, de la radio y los programas. Hacía radio todavía en una emisora comunitaria en Nirgua. Reciente había estado en Radio Tricolor a quien estimaba la mejor casa radial en donde había trabajado por el calor humano y familiar que le envolvía y por el profesionalismo de altura que ostentaba y por caché de su perfomance que le mantenía como emisora modelo y que marcó una época de presencia en el colectivo centroccidental. Recordamos las eternas chanzas de su personal. Recordamos a Roger, Anuar, Gaudys, William, Pedro Luis, Juancito, Ramon Felipe Camacaro, Evelio, a Joly, Rondón, a Pirela, Henry Cordero, a los Cayama, Victor, a Evener, Aurita. Después de su salida de Tricolor se fue a Radio Minuto. Allí duró poco. Nirgua le reclamaba.
Francisco Almarza Cordova se nos va el domingo 28 de marzo al amanecer, Día de Ramos para la iglesia católica. A su velorio fui y a excepción de sus hijos no encontré gente conocida. Igual su entierro al siguiente día. Me dio la impresión que se nos fue en silencio y alejado de sus amigos que sé fueron muchos. Le acompañé al camposanto y allí bajo los compases de Conticinio y otras canciones que el dolor se llevó y, que fueron armoniosamente interpretadas por un grupo pequeño del pueblo dirigido por el profesor Arístides Sánchez Silva, creador de Un Pueblo, una montaña y yo, Himno de Nirgua y que nos arrancó lágrimas que se ahogaron en nuestra garganta, finalmente su cuerpo encontró el reposo eterno. Se nos fue Almarza, el locutor, periodista, editor, actor, animador, cronista, narrador, promotor, comerciante, representante artístico, bohemio y bonachón. El que se formó en el pueblo y se entregó al pueblo. Una tribuna que perdimos los yaracuyanos y mas Nirgua a quien tanto quiso. Creo que hay una deuda pendiente con la memoria de Francisco Almarza que tiene que ser retribuida en algún momento. Lo recuerdo en mis proyectos, por eso, a su espíritu elevo mis plegarias para que su luz nos siga orientando en los escollos de nuestro andar. Te debo una visita hermano porque a los seres buenos se les honra hasta después de la muerte.
Hasta la próxima edición.
La casa.
Lcdo. Sonmer Garrido Díaz
Contacto: sonmer09@hotmail.com